Abuelas,
alas con luciérnagas
de Cecilia Appleton
" Existe una variedad de abuelas que,al igual que a las luciérnagas, vi encenderse y apagarse un sin número de veces, dejándome ver así que las mujeres tenemos el don del estremecimiento...
Abuelas, alas de luciérnaga, se estrenó
en noviembre del 2021 en el Centro Cultural “Los Talleres” y posteriormente se presentó en el Teatro Raúl Flores Canelo, del CENART.
En 2022, Contradanza, presentó un fragmento de 30 minutos en la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztlii, dentro del XV Encuentro Plural de Danza de la Ciudad de México.
de desaparecer y aparecer, de languidecer y morir incontables veces, para entonces saber formular las preguntas que nos ayudarán a renacer, una y otra vez."
Cecilia Appleton expresa que para ella:
“Las abuelas no son únicamente aquellas que genéticamente nos fueron asignadas, ya que en la vida algunas mujeres, que en presencia no conocimos, nos llevaron a entender mejor las dudas o a indagar acerca de lo que importa, a partir de las virtudes de su sabiduría artística, culinaria, literaria, botánica o espiritual.
En mi caso, las abuelas Paula Reeves y María Zambrano, me revelaron, a través de su escritura, la forma de aventurarme a conocer la percepción del cuerpo y a introducirme en el bosque. Las abuelas Doris Humphrey, Martha Graham, Waldeen y Bodil Genkel, a su vez, me han mostrado desde los escenarios o en los salones de danza, su sabiduría: me han brindado sus teorías y prácticas para comprender los diálogos del cuerpo.
Cada una de las abuelas me inspira para utilizar algún germen de su esencia desde el cual partir para realizar esta propuesta coreográfica.
El estar relacionadas con las abuelas nos conduce a ubicar el legado que ellas nos dejaron. Estas genealogías siempre están presentes y nos permiten saber de dónde venimos o hacia dónde vamos; puede haber, además, coincidencias con sus comportamientos, es decir, entre lo que ellas hicieron y nosotras ahora hacemos.”
DESCRIPCIÓN
En colaboración con cinco bailarinas y a partir de la ficción, esta coreografía entremezcla sucesos cortos interrumpiéndose entre ellos, presentando distintos matices de emociones albergadas por las mujeres que han sido nuestras abuelas, quienes, al ser representadas escénicamente, se proponen como los muchos cuerpos que expresan la fortaleza y debilidad comprendida, que constituye a las mujeres, como las luciérnagas que saben vivir en territorios oscuros y de luz.
Más allá de mostrar un espectáculo compuesto por cinco pequeños solos, en los que cada bailarina reactiva una emoción distintiva que se deriva a lo performático, el planteamiento escénico consta de un devenir de estímulos creados por personajes femeninos diversos que se presentan en el escenario de forma aislada y que, sin embargo, van hilando distintos territorios anímicos, apareciendo, desapareciendo, o quedándose presentes como imágenes inmóviles.
